- Una libra digital complementaría el papel del efectivo en un mundo digital y brindaría a las personas más opciones sobre cómo realizar los pagos cotidianos.
- 10 libras esterlinas de una libra digital siempre valdrían lo mismo que 10 libras esterlinas en billetes o monedas.
- Sería emitido por el Banco de Inglaterra, ampliamente disponible y cómodo de utilizar.
- Sería fácilmente intercambiable por otras formas de dinero, incluidos efectivo y depósitos bancarios.
- Se accedería a él a través de billeteras digitales ofrecidas al público y a las empresas por el sector privado a través de teléfonos inteligentes o tarjetas inteligentes.
- Estaría destinado a pagos realizados en línea, en tiendas y entre particulares, en lugar de ahorros, y no pagaría intereses.
- Habría restricciones, al menos inicialmente, sobre cuánto podría poseer un individuo o una empresa.
- Al igual que los billetes, sería un derecho frente al Banco de Inglaterra, tendría valor intrínseco y sería estable, a diferencia de los criptoactivos sin respaldo.
Privacidad de las personas
El Secretario Económico del Tesoro, Bim Afolami, indicó que siempre se asegurarán de que la privacidad de las personas sea primordial en cualquier diseño, y cualquier implementación sería junto con el efectivo tradicional, no en lugar del mismo. «Estamos en un momento emocionante de innovación en dinero y pagos, y queremos asegurarnos de que el Reino Unido esté preparado en caso de que se tome la decisión de construir una libra digital en el futuro. Esta es la última etapa de nuestra conversación nacional sobre el futuro de nuestro dinero, y está lejos de ser la última», dijo Afolami.
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Legislación para garantizar privacidad
Banco de Inglaterra asegura que varios encuestados expresaron su preocupación por las implicaciones de una libra digital para el acceso al efectivo, la privacidad de los usuarios y el control de su dinero.
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Para abordar estas preocupaciones, indica la entidad, la publicación de hoy confirma que, si se implementara una libra digital, se introduciría una legislación primaria que garantizaría la privacidad y el control de los usuarios. El Banco y el Gobierno no tendrían acceso a ningún dato personal y los usuarios tendrían libertad en cómo gastar sus libras digitales. También habría una nueva consulta pública sobre una libra digital antes de la introducción de la legislación primaria. Estos compromisos brindarían tanto al Parlamento como al público más oportunidades de expresar su opinión.
Después de la fase de diseño, el Banco y el Gobierno decidirán si construirán o no una libra digital y, de proceder, establecerán un cronograma para consultas adicionales sobre la legislación y un posible lanzamiento.
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